De la esperanza a la complicidad - Escribe: Jorge Vallaza

Milei veta la ley de emergencia en discapacidad, la moratoria previsional y un exiguo aumento a los jubilados bajo la excusa del “no hay plata”, mientras su Ministra de Seguridad muele a palos a los que protestan.

Si bien una parte de la sociedad pretende justificar y naturalizar infinitas manifestaciones cotidianas de crueldad del gobierno de Milei con el eufemismo de que son los “daños colaterales” que genera el plan para no tener déficit, controlar la inflación y alcanzar el éxito económico ; la realidad va demostrando que la mayoría de la población empeoró su situación y los únicos beneficiados a costa de tanta tragedia, son los sectores de altos ingresos.

La crueldad discursiva la encabeza el presidente pero se contagia en su entorno, como el intendente libertario que afirma que deben morirse muchos jubilados para que los demás cobren más, a la vez que una miembro del gabinete nacional declara en la mesa de Mirta Legrand que no tiene sentido darles créditos a los jubilados porque igual se van a morir.

Crueldad y violencia
Lamentablemente la cuestión de la crueldad y la violencia gubernamental no queda sólo en dichos y cobra sus víctimas en personas de carne y hueso.

Araceli Julio , 39 años , madre de 2 hijas , muerta por el gobierno de Milei al no recibir en tiempo y forma su medicación oncológica.

Alejandro Tijerina, más de 30 años de servicio como suboficial de la Policía Federal, se suicida en el hospital Churruca dejando una carta donde responsabiliza la Gobierno por quitarle los medicamentos que le atenuaban el tremendo dolor de su enfermedad.

No son dos hechos aislados; ni noticias que publican fugazmente muy pocos medios; son ejemplos de las miles de situaciones de sufrimiento y muerte que están sucediendo hoy en nuestro país.

Milei veta la ley de emergencia en discapacidad, la moratoria previsional y un exiguo aumento a los jubilados bajo la excusa del “no hay plata”, mientras su Ministra de Seguridad muele a palos a los que protestan, fusila a un fotógrafo y gasea a niños y a periodistas.

Se desfinancia el prestigioso Garraham y todo el sistema de salud; al igual que las universidades y la obra pública.

Sin embargo – aumenta el gasto en equipamiento militar, balas y gases- junto a un abultado presupuesto para la SIDE, los trolls y la pauta a los medios hegemónicos. A la vez se achican los ingresos públicos reduciendo impuestos a los ricos y otorgando beneficios a grandes empresas. Un profesional del rubro contable ejemplificaba esta situación con el caso del gravamen a los Bienes Personales.

Muchísimos ya no tienen que pagar nada y uno que antes pagaba un aporte de unos 200 millones, ahora tributa solo un millón. Completa la turbulenta situación describiendo la gran recesión por la baja del consumo y la enorme de cantidad de trabajadores suspendidos, antesala del despido.

El modelo desigual
Un modelo que afianza el buen pasar del 20 por ciento de la población que accede a autos 0 km, viaja al exterior y atesora dólares a costa del increíble aumento de la deuda externa con el FMI, frente al otro 80 por ciento de la gente que no llega a fin de mes.

No es para nada la Argentina que prometió Milei en la campaña y la mayoría de los votantes apostaron frente a las otras opciones.

Hay una traición clarísima del mandatario a sus mandantes, con un Gobierno que sólo está presente para beneficiar a los más poderosos y acrecentar la desigualdad social. Continuar apoyando este modelo o pretender darle más tiempo ya no es sinónimo de mantener cierta esperanza sino que se convierte en complicidad con la crueldad y la violencia institucional.

¿Pero se puede enfrentar semejante monstruo deshumanizador manejado por grandes corporaciones que dominan naciones y manipulan a la opinión pública?

No es la desesperanza, ni el desencanto cívico frente a esta Democracia de baja intensidad la herramienta para salir de esta catástrofe. Tampoco salvarse solo e intentar pertenecer al grupo de los “ganadores”.

Las ciudadanas y ciudadanos de a pie aún tienen herramientas muy importantes para luchar por otro mundo posible: la organización y movilización popular, la participación ciudadana y el voto universal, secreto y obligatorio.

 

nestor