La artista visual Vale Aves, con raíces en Valparaíso y el corazón en Bariloche, dejó su huella en la sede de Sanidad Animal. Su mural, lleno de color, vida y emoción, habla de amor, cuidado y de la profunda conexión que nos une con los animales.
En una ciudad que abraza a la naturaleza y a quienes la habitan, hay gestos que trascienden lo cotidiano. Así es el mural de Vale Aves, una obra que no solo embellece la fachada de Sanidad Animal, sino que la envuelve en una atmósfera de ternura, esperanza y humanidad.
El momento fue especial: durante la reinauguración del edificio, vecinos, trabajadores y autoridades fueron testigos de un acto simple pero profundamente simbólico. Al descubrir el mural, no solo se presentó una pintura. Se reveló una emoción compartida, un lenguaje sin palabras que habla de amor por los animales y por el acto de cuidar.
Valeska Baradit —o simplemente Vale Aves— nació en Valparaíso, pero encontró en Bariloche un hogar para su alma sensible y su arte comprometido. Desde aquí, despliega una obra que toca lo esencial: la conexión emocional entre seres vivos, la belleza de lo pequeño, lo que nos hermana con la naturaleza.
Con más de una década enseñando acuarela, Vale no solo transmite técnica. Transmite una forma de mirar el mundo. En sus talleres, quienes la escuchan y aprenden descubren que el arte puede ser un refugio, un espejo y también una forma de sanar.
Su mural en Sanidad Animal es una invitación a detenerse, a mirar con el corazón. Con trazos delicados, colores suaves y figuras que respiran ternura, la obra nos recuerda que cada ser merece ser cuidado, respetado y amado.
La elección del lugar no es menor. La sede de Sanidad Animal fue renovada por completo, pensada para que cada animal que llegue reciba una atención digna y amorosa. Ahora, además, los recibe una obra que abraza, que calma, que da la bienvenida.
El mural acompaña silenciosamente cada paso del recorrido: desde la recepción hasta el quirófano, pasando por los pasillos donde las familias esperan. Está ahí como un gesto amable, como un susurro.
Vale Aves es mucho más que una muralista. En su estudio, Magik Puma, también da clases, tatúa, acompaña procesos creativos. Sus obras hablan de animales, sí, pero también de vínculos, de memorias, de sueños. Cada línea lleva algo de ella, y algo de quienes la inspiran.
También ha explorado la ilustración científica, una labor precisa y rigurosa que demuestra otra faceta de su talento: la capacidad de unir belleza con verdad, arte con conocimiento, imagen con palabra.
En redes sociales, especialmente en su cuenta de Instagram (@vale.aves), Vale comparte sus proyectos, sus pensamientos, sus colores. Es un rincón del mundo digital donde se respira sensibilidad, respeto y una profunda conexión con lo vivo.
Que ella haya sido convocada para transformar Sanidad Animal no es casualidad. Su obra no adorna: humaniza, eleva, emociona. Pone en imágenes aquello que a veces no sabemos cómo decir, pero que sentimos con fuerza: que los animales son parte de nuestra historia, de nuestras familias, de lo que somos.
Hoy, quienes cruzan esa puerta no solo buscan atención veterinaria. Encuentran algo más. Encuentran un gesto amoroso, un paisaje de colores que acaricia, un mural que late. Gracias a Vale Aves, el arte se hizo casa, abrazo, refugio. Y Bariloche, una vez más, se volvió un poco más sensible, más justa, más hermosa.