Taekwondo

La creación del Taekwondo moderno se atribuye en gran medida al general Choi Hong Hi, quien combinó técnicas tradicionales coreanas con influencias de karate japonés, arte que estudió durante la ocupación japonesa de Corea. En el año 1955, el general Choi propuso el nombre  "Taekwondo"; y fue adoptado oficialmente. En las siguientes décadas, el Taekwondo se expandió rápidamente a nivel mundial, en parte debido a la diáspora coreana y a la dedicación de maestros que llevaron el arte marcial a otros países.

Posteriormente en el año 1973, se fundó la World Taekwondo Federation (WT), conocida hoy como World Taekwondo, para promover y regular el Taekwondo como un deporte internacional. La organización estandarizó las reglas de competición y fue fundamental para que el Taekwondo fuera reconocido como deporte olímpico, debutando como deporte de exhibición en los Juegos Olímpicos de Seúl del año 1988 y convirtiéndose en deporte oficial en los Juegos Olímpicos de Sídney 2000.
El Taekwondo no es solo una disciplina física, sino también una herramienta poderosa para el desarrollo integral de la persona. Los principios fundamentales del Taekwondo incluyen la cortesía, la integridad, la perseverancia, el autocontrol y el espíritu indomable, que son enseñados y reforzados constantemente en la práctica diaria. 
El Taekwondo es mucho más que un deporte, es una disciplina que, a través de la combinación de entrenamiento físico y mental, forja individuos más completos y capaces de enfrentar los desafíos de la vida con determinación y equilibrio y en este sentido Aimé Kirchner Castañarez invita a declarar de interés deportivo, cultural y social la competencia de Taekwondo “Copa de Campeones Bariloche. VI Edición”, organizada por Lissette UGARTE, Marcelo COLILAF y Javier   MERMOUD, referentes de las escuelas locales “Taekwondo Koguryo” y “Academia de Taekwondo Zeus”, avaladas por la Federación Rionegrina de Taekwondo, que se llevará a cabo los días 5 y 6 de octubre del año 2024, en el Gimnasio Municipal de la ciudad de San Carlos de Bariloche.

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