La influenza aviar también conocida como gripe aviar, es una enfermedad infecciosa que principalmente afecta a especies de aves a nivel mundial. La enfermedad puede variar de entre moderada y grave en función de la cepa de virus involucrada.
La mayoría de los casos en humanos son resultado de contacto cercano con aves enfermas.
La influenza aviar afecta principalmente especies de aves salvajes y domésticas. Las aves acuáticas pueden transportar la enfermedad sin manifestar ningún síntoma. Las aves de corral son muy susceptibles a la enfermedad y pueden morir en gran cantidad. Algunas cepas del virus pueden afectar a mamíferos al ingerir aves infectadas, y que pesentarán cuadros de fiebre, tos y problemas respiratorios; algunos pueden morir. El virus que circula en la actualidad provoca mortandades en aves silvestres, algo que no se había visto anteriormente, y afecta también a mamíferos marinos y terrestres.
En aves, la influenza aviar se transmite por contacto directo con heces o secreciones respiratorias provenientes de aves infectadas. El virus puede vivir durante mucho tiempo en el ambiente y también se puede propagar a través de objetos contaminados.
Las aves de corral afectadas por la influenza aviar se mostrarán deprimidas, tendrán las plumas erizadas y perderán el apetito. Las aves pueden manifestar diarrea acuosa que comienza de un color verde brillante y cambia a blanco.
Con frecuencia las crestas y barbillas se inflaman y pueden tornarse de color azul. También puede producirse edema alrededor de los ojos y el cuello. Las patas pueden presentar hemorragias petequiales. Decae la producción de huevos y, por lo general, se detiene. Casos raros pueden afectar el cerebro generando que el animal camine con la cabeza torcida, se mueva en círculos o presente parálisis. Puede tener lugar la muerte súbita.
Los humanos pueden infectarse con el virus de la influenza aviar, aunque el contagio es poco común. En la mayoría de los casos han estado en contacto directo con aves de corral enfermas. Se han informado casos de transmisión de persona a persona, pero son muy raros. Los síntomas clínicos en personas pueden incluir edema y enrojecimiento de los tejidos alrededor de los ojos (conjuntivitis) y signos similares a los de la gripe (fiebre, dolor del cuerpo). Sólo en casos muy aislados puede tener lugar la muerte.
En el continente americano existen antecedentes de presencia de virus de IAAP en Canadá, Estados Unidos, México y Chile. En Argentina se han aislado virus de IA en aves silvestres (patos y una gaviota) pero nunca de alta patogenicidad.
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