Como cada año, la localidad del Valle Medio rionegrino celebrará con devoción y alegría una nueva Semana de la Fe, en la que recibirá a feligreses de distintos puntos del país con el objetivo de conmemorar al beato patagónico mediante una serie de actividades que se llevarán adelante entre el 23 y 26 de agosto, día del 148° natalicio.
Se trata de un evento masivo que anualmente congrega a la juventud salesiana y miles de fieles que se dan cita en Chimpay para pedir y agradecer en un gran acto de fe a Ceferino, uno de los máximos referentes de la Iglesia Católica en la región, que fue declarado beato hace 17 años por una serie de milagros concedidos.
Este fenómeno turístico religioso, que englobará a la 54° peregrinación a Chimpay, se llevará adelante en distintas locaciones como el Santuario al aire libre de Ceferino, creado en 1967 y declarado posteriormente “Sitio Histórico y de Turismo Religioso de la provincia de Río Negro” y también en otros sitios religiosos característicos de la ciudad como La Cruz del 5° Centenario y el monumento Ceferiniano.
El cronograma de actividades se extenderá durante cuatro jornadas, comenzando el viernes 23 con una misa y continuará los días sábado 24 y domingo 25 con diferentes propuestas que incluyen más celebraciones eucarísticas, bautismos, momentos de oración y reflexión, bendición a los peregrinos y propuestas comunitarias.
Asimismo, el lunes 26, día del cumpleaños de Ceferino, habrá misas de Acción de Gracias, un almuerzo a la canasta y una cálida y bendecida despedida que marcará el fin del evento hasta el próximo año.
Cabe destacar que por consultas, el Municipio de Chimpay habilitó una línea telefónica para llamadas o mensajes de Whatsapp. Los interesados deberán comunicarse al 2946515667.
Un pueblo ceferiniano
Ubicado a la vera de la Ruta Nacional N° 22, Chimpay comprende un pequeño poblado atravesado por la vida y obra de Ceferino Namuncurá que nació allí en 1886 y vivió hasta sus 11 años, cuando se trasladó a Buenos Aires donde posteriormente fue reclutado como seminarista por la orden salesiana y años más tarde regresó a la Patagonia para devolver un poco de lo que había recibido durante su infancia.
Sin embargo, su vida se apagó demasiado pronto debido a una tuberculosis fatal, pero con el correr del tiempo, su trayectoria salesiana comenzó a ser investigada con el propósito de comprobar una serie de milagros que permitieran declararlo beato, lo que ocurrió en 2007, 102 años después de su fallecimiento.
Este hito permitió renovar la fe de los fervientes creyentes y atraer nuevos fieles que aclaman por este salesiano que aún aguarda por ser santificado para unirse así a San Artémides Zatti, el enfermero santo de la Patagonia.