Sin tratar de olvidar a los sufrientes de esta dura realidad me permito escaparme por los sueños y tratar que no me gane el desgano y la depresión de este mundo algo enfermo.
Trato constantemente de encontrar un antídoto de palabras y obviamente soy limitado y todo lo que digo no me alcanza ni siquiera para empezar a paliar esta situación tan rara.
Comunico con mis fotos lo mejor que veo del planeta y soy de los que piensan que la salvación estaba, está y estará en la naturaleza.
Los veo pelarse y me duele, pobres contra pobres, medios contra medios y ricos guardando en cuatro llaves sus riquezas, seres omnipotentes que hablan de la enfermedad del otro y ellos están muy enfermos de la cabeza. Se juegan la vida en una ruleta Rusa y al que le toca le toca, Bariloche está recibiendo en el hospital zonal varios casos de personas de 50 o menos.
Recitan todos los compendios de libertad y viven presos de los medios, de sus propios intereses y de sus ideas omnipotentes, hacen marchas con ideas disimiles y cruzadas, por la libertad, no a la yegua, si el turismo, no a los kirchneristas, a los Albertistas, los abortistas, los marxistas, los peronistas y los propandemias. Si a la apertura del cerro, el restaurant de la vuelta y confinar a la abuela, al abuelo y a todos los pendejos incluidos los gay, menos que le toque a ellos por supuesto.
Pero te quiero aclarar una cosa, cuando estés con el camisolín y en pelotas en el respirador sufriendo te vas a arrepentir de ser igual a cualquiera, no habrá guita, ni clase social, ni plaza llena que te salve de eso.
Vas a suplicar al Dios de los pobres y dirás que nunca más vas a hacerlo.
Quédate en casa cabeza de termo, sin barbijo contagias al resto, y en el resto está tu vieja, tu viejo, tu abuela , tu abuelo y tu tía vieja o en todo caso el recuerdo de ellos.
Con amor
Hugo Zimerman
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