Desde la Dirección de Gestión para Personas con Discapacidad de nuestra ciudad te invitamos a conocer y reflexionar sobre la afección que causan los ruidos en las personas con autismo o con discapacidad sensorial.
Los ruidos de la calle son cotidianos. Se han incorporado a tal punto, que casi pasan inadvertidos. Las bocinas de los autos, los festejos con bombas de estruendo y fuegos de artificio ante el triunfo de un equipo de fútbol son algunos ejemplos a mencionar, aunque estas manifestaciones estén prohibidas en nuestro Municipio, bajo la figura de ruidos molestos (Ordenanza-2401.CM-2013).
¿Se han preguntado sobre las repercusiones que estos ruidos pueden causar en personas con autismos o con discapacidad sensorial?
Para las personas que tienen discapacidades sensoriales o intelectuales, con uno o varios sentidos afectados, las interacciones con el entorno en la vida diaria presentan dificultades que afectan las habilidades necesarias para comprenderlo y poder participar en una comunidad de manera adaptada a sus necesidades.
En el caso de personas con autismo es importante conocer cuáles son las conductas que se pueden presentar al vivenciar una escena en la que los estímulos auditivos sean, para esa persona, demasiados.
En tales situaciones, existe la posibilidad de poder agudizar la mirada hacia las personas que nos rodean. Tal vez identificar lo que está sucediendo pueda implicar un desafío que los invitamos a tomar.
A modo de ejemplo, podemos observar en personas con autismo, comportamientos como el deambular o caminar en círculos, atinar a salir corriendo a “modo de escape”, taparse con frecuencia los oídos y emitir palabras o frases como forma de autocontrol, desorientar la mirada enfocando objetos y no a la persona que le está dirigiendo la palabra, mover los brazos en forma de “aleteo”, balancear el cuerpo hacia adelante y hacia atrás, entrar en crisis de llanto o gritos, entre otras.
Cabe aclarar que estas manifestaciones no son exclusivas de vivencias que se dan en la vía pública, y que las personas con esta discapacidad, también las manifiestan dentro sus hogares, cuando el ruido invade el ámbito privado.
Conocer los efectos que los sonidos estrepitosos, sean ellos originados por acciones u omisiones directas o indirectas, voluntarias o involuntarias, provocan en personas con discapacidad, nos involucra de manera responsable como ciudadanos en el pensar una comunidad inclusiva, para todos. Conocer los efectos, difundir la información, advertir y solicitar a la persona responsable de una situación de ruido molesto, son estrategias sencillas que permiten garantizar que la ciudad sea un espacio de seguridad para las personas con autismo o con discapacidad sensorial, una ciudad un poco más accesible.