Cuando llegamos a la edad adulta es importante comenzar a considerar algunas cuestiones por los cuales anteriormente, en la juventud casi nadie se detiene a pensar.
La vida puede sorprenderte y no siempre de grata manera. El buen estado de salud como la situación laboral de una persona determinada, pueden dar un giro de 180 grados, y esta situación de bienestar en la que vive una persona como así también su entorno familiar pueden cambiar rotundamente.
Ante este tipo de eventos, que pueden ser una enfermedad, un accidente, o la muerte, contar con un seguro de vida, puede ser el hecho que resguarde el futuro de quien lo ha contratado como así también el de su familia.
Más de uno ha pensado en algún momento que será de mi familia cuando ya no esté o si me pasa algo, pero este pensamiento negativo pierde fuerza con un seguro de vida que ayude a esa familia a afrontar la situación, al menos durante el primer tiempo y hasta poder retomar con su vida habitual tras el acontecimiento vivido.
La función principal de contratar seguro de vida es cuidar a los integrantes de una familia que tiene que afrontar la muerte o discapacidad total del asegurado, brindando ayuda económica principalmente.
Contar con este tipo de póliza, es una inversión a futuro y posee varios beneficios. Muchas veces se ofrecen en los ámbitos laborales y se crean convenios con las empresas para que los empleados puedan acceder a un seguro de este tipo.
¿Por qué contratar un seguro de vida?
Porque en los momentos más difíciles que te toquen afrontar en tu vida, contratar seguro de vida será la mayor tranquilidad, porque pase lo que pase, va a responder frente al incidente proporcionando el respaldo que el asegurado anteriormente aportaba a su familia y su bienestar.
En el caso puntual de tener que afrontar una enfermedad, este tipo de póliza cubre todos los gastos médicos, y otorga ayuda y resguardo económico al entorno familiar para que no tenga que contraer deudas de ningún tipo. Además al asegurado se le brinda asistencia médica y se tiene en cuenta en caso de ser necesario el tipo de medicación que se debe suministrar o la terapia de rehabilitación.
Por otra parte, uno de los tantos beneficios que ofrecen los seguros de vida, es la cancelación de préstamos hipotecarios, si el asegurado falleciera, por lo que le brinda a la familia la posibilidad de cancelar el préstamo.
Al contratar un seguro de vida, se genera un contrato con una compañía aseguradora y se acuerdan los puntos a cubrir y luego de ello el asegurado deberá abonar una prima a la empresa, que será la encargada de cubrir los gastos del asegurado y la familia, en caso de enfermedad crítica o fallecimiento.
Con respecto al valor de prima, esta estará valuada de acuerdo a la edad del asegurado y de su estado de salud e historia clínica.
Uno de los puntos a analizar y tener en cuenta a la hora de contratarlo es que sea adaptable. Esto significa que los beneficios que se pactaron en un principio puedan luego cambiarse de acuerdo a las necesidades del asegurado. Es importante que la póliza esté abierta a modificaciones y que no sea obligatorio tener que designar a un familiar directo o heredero para que cobre el seguro en caso de ser necesario.
¿Qué hay que tener en cuenta a la hora de adquirirlo?
En primera instancia se deben evaluar las necesidades que se desean cubrir en caso de enfrentar un hecho inesperado. Antes de tomar una decisión se puede realizar una investigación de mercado considerando las condiciones que ofrecen.
Hay que acercarse a cualquier compañía de seguro para informarse y recibir el asesoramiento adecuado. Antes de contratar el seguro, es importante que despejes todas las dudas, realices todas las consultas que sean necesarias, y para ello es fundamental hacerlo con un profesional en la materia.
Una cuestión no menor a considerar es que muchas compañías no ofrecen cobertura ante una enfermedad incapacitante, para mayor