Milei obedece, Argentina padece - Escribe Fernando Latorraca

Con la asunción de Trump, se establece formalmente la era del odio. Se dejan de lado cualquier tipo de razonamiento que contenga la posibilidad de algún consenso que permita o al menos intente lograr una convivencia pacífica entre las personas en este planeta.

En Argentina lo tenemos a Milei como presidente desde hace mas de 1 año, dando muestras casi cotidianas de intolerancia, dogmatismo soberbio y una permanente búsqueda y generación de enemigos en todos los ámbitos de la sociedad.
Como un nene que se encuentra con su ídolo deportivo, se lo vio casi besarle los pies a Trump antes de haber siquiera ganado las elecciones en USA. Exultante, descontrolado, intentando mostrarse a la par de ese líder (ya fue presidente del país mas poderoso de la tierra) sin percibir que estaba poniendo explícitamente de manifiesto, lo insignificante y sumiso de su figura y degradando la importancia que debería intentar al menos, otorgarle a la Republica Argentina. El país que lo eligió para representarlo.
Milei ha mostrado una admiración tal hacia Trump con un formato tan infantil, que me obliga a pensar hasta donde lo toma como el padre admirado que no tuvo. El padre que lo desvalorizo y maltrató toda su vida. Esperando que este sí, lo reconozca, valore y lo ayude a triunfar.
Tan infantil, arrebatada, desbordada e incondicional resulta su admiración, que ni siquiera parece ver lo antagónico de las propuestas económicas de Trump con las suyas. Veamos.
Mayores aranceles a la importación y aumento de la producción interna de Trump, Vs libre comercio, baja de aranceles de Milei.
Aumento de la producción de petróleo de Trump con muy probable baja del precio Vs necesidad imperiosa de aumentar la exportación de gas y petróleo de Vaca Muerta.
Impulso de Trump para que las empresas estadounidenses vuelvan a radicarse y producir en suelo propio VS el deseo de Milei para que Elon Musk fabrique autos eléctricos en Argentina.
Hasta es posible que Trump admita un tratado de libre comercio con Argentina. ¡¿Como no?! Dos economías competitivas, no complementarias, con una abismal diferencia de escala y productividad, acompañado de un dólar barato, colocaría a Argentina en una situación deficitaria de la balanza comercial, de magnitud.
Por supuesto que es muy probable que Trump interceda para que el FMI entregue dólares (deuda) para Argentina, que Milei ve como un respaldo personal y otros podemos verlo como una herramienta más para el control de la economía argentina.
Pareciera que no siendo suficiente lo hecho y dicho por Milei hasta aquí para mostrar su devoción hacia Trump. Tres días después que este asumiera, Milei dio un discurso en el Foro de Davos, en el que tomó y profundizó las posturas anti derechos enarboladas por Trump y su funcionario estrella (¿o jefe?) Elon Musk. 
Como el alumno que intenta de cualquier manera ser tenido en cuenta por las maestras/maestros, Milei lo hizo a la espera de la aprobación y promoción de estas personas sin importarle la opinión y la historia del pueblo al que representa.
Este accionar de Milei nos lleva al inicio de la nota. La era del odio contagiándose por los distintos rincones de la tierra. 
Milei, es alguien que sufrió intimidación (bullying), maltrato psíquico y físico en el seno de su hogar, que cree hablar con su perro muerto y considera hijos a sus perros clonados, que estudio economía en una facultad que dista de ser de excelencia en Argentina, que salto a la fama haciendo uso de herramientas payasescas y violentas, es decir, no evito nada para lograr fama. ¡Y vaya que lo logro!
¿Por qué cambiar la fórmula que lo llevo al sillón de Rivadavia?  Seguirá haciendo lo que sea para lograr reconocimiento personal y que un Donal Trump o un Elon Musk lo consideren, aunque sea para provecho de ellos y no de nuestro país, bastará para que él se monte en la agenda que le marquen sus ídolos. 
La obsecuencia de Milei es y será inagotable. Trump, que representa el poder económico y militar más grande de la tierra, junto al los popes “tecnológicos”, las personas más ricas del mundo, que son la muestra palmaria de la injusta distribución del ingreso que ha generado el capitalismo siglo XXI, tienen un aliado servil marquetinera y temporalmente muy útil. El problema será, para Milei y fundamentalmente para la Argentina, cuando ya no les sirva más. 
El entramado donde el poder económico de los mega millonarios tecnológicos permea la política argentina, se puede ver en el nombramiento de Alejandro Carlos Oxenford, creador de OLX y DeAutos como embajador argentino en Washington.
Resulta que Oxenford es amigo personal de Peter Andreas Thiel, creador de PayPal y ex empleador del vice de Trump, J.D. Vance, por lo tanto, muy influyente en el gobierno estadounidense. Thiel, nacido en Alemania, dijo, en la Fundación Cato (polo libertario de Washington) donde diserto Milei en 2024, que “es momento de dejar de creer que la libertad y la democracia son compatibles”.
Fue Oxenford quien acercó a Thiel con Milei, quien ya estuvo en la Casa Rosada con el presidente.
Davos, un foro económico, pero básicamente un foro del poder, escuchó al presidente economista argentino, no hablar de economía sino de la aberración que representan los derechos de la homosexualidad, transexualidad, y de toda diversidad sexual, la eliminación de la figura de femicidio, la negación del cambio climático, denostando como el mal del siglo XXI (cáncer dijo) a la llamada agenda Woke.
Pero no se quedó solo en la denostación de las diversidades. Llegó a decir que la educación y la vivienda, entre otros, son “deseos” que la agenda progresista, woke, zurda o como más le guste definirla, habían transformado en “derechos” que alguien tendría que pagar.
A la luz de estas afirmaciones y de la sumisión del presidente argentino a la agenda Trump-Mega millonarios, no hay lugar para imaginar un gobierno que mire y piense en la gente, en sus necesidades, en el desarrollo (que no es simplemente crecimiento), en la convivencia con diferencias, en definitiva, en una sociedad en paz y con progreso.
Por eso, y más allá del análisis de los tradicionales indicadores económicos que vemos todos los días y por todos lados, el futuro de la Argentina y de la mayoría de su gente se me presenta muy preocupante.
Ojalá prime la razón por sobre la violencia dogmática. De eso puede depender nuestro futuro.

nestor