En el año 1985, la Organización Mundial de la Salud (OMS) realizó una reunión en la ciudad brasileña de Fortaleza y de ese encuentro surgió la declaración “El nacimiento no es una enfermedad”, que inició el proceso de transformación del modelo de atención. En ese marco legal internacional y local se procura rescatar el papel activo que debe tomar la mujer y su familia en el cuidado del embarazo y del recién nacido.