En el inicio del siglo XX el ferrocarril hacia el sur argentino apenas llegaba a Bahía Blanca y desde allí se reunía con la línea que reúne esa ciudad con Neuquén. La excepción fueron los colonos galeses del Valle Inferior del Río Chubut que habían tendido vías entre Trelew y Puerto Madryn. Aunque en esa misma perspectiva no perdía impulso la idea de crear una red que los uniese, vinculando puntos tan distantes como San Carlos de Bariloche, Comodoro Rivadavia y Puerto Deseado.