En cada paso por la ciudad, se siente la energía de quienes llegan a descubrirla. Bariloche vive una temporada vibrante, y el turismo se consolida como una fuerza transformadora que impulsa la economía local, sostiene proyectos comunitarios y da valor a la identidad de quienes la habitan.
El turismo como motor productivo de la comunidad. La llegada de turistas a Bariloche se percibe en cada rincón: desde el centro hasta el Cerro Catedral. En tiempos complejos, incluso con la escasez de nieve, la ciudad mantiene viva su temporada, gracias a un turismo que no solo visita, sino que también invierte, consume y elige apoyar la producción local.
El Refugio de Artesanos, un espacio que este año cumple 10 años y representa el alma emprendedora de Bariloche. Allí, artesanos y productores de nuestra ciudad comparten sus historias y exhiben sus creaciones, en medio de un ambiente colmado de visitantes que valoran la autenticidad de lo hecho en casa.
Se ofrece una paleta diversa y encantadora: bijouterie en piedra y fieltro, cerámica, indumentaria, tejidos, encuadernación artesanal, cuero trabajado a mano, juguetes en tela y crochet, cosmética natural, y delicias como alfajores, chocolates y budines. Cada objeto lleva consigo la huella de quienes lo hacen y el paisaje que los inspira.
Ubicado en la base del Cerro, el Refugio de Artesanos se ha transformado en un ícono del diseño barilochense y del esfuerzo colectivo. Desde su inauguración en julio de 2015, se ha mantenido como espacio autogestivo de comercialización, donde el talento y la identidad local florecen temporada tras temporada.
En esta década de historia, más de 107 emprendimientos pasaron por el Refugio. Hoy, son 32 los proyectos activos que participan de un plan de comercialización anual, coordinado por el Departamento de Emprendimientos Productivos. Además, se suman iniciativas invitadas que renuevan la propuesta y fortalecen la red creativa.
El crecimiento del Refugio ha sido posible gracias al acompañamiento de distintas áreas municipales, que junto a los emprendedores y emprendedoras han tejido políticas públicas con impacto real. Desde el Plan Integral de Comercialización Ecosureños, creado en 2013, hasta la actual Secretaría de Producción y Empleo, se han brindado créditos, capacitaciones y apoyo técnico para fortalecer los sueños que allí se gestan.
Más que un sitio de compras, el Refugio de Artesanos es un punto de encuentro entre quienes visitan y quienes hacen. Es el reflejo de un Bariloche que entiende el turismo no como una postal, sino como una oportunidad de crecimiento con raíces profundas. Porque cada visitante que llega, se lleva algo más que un recuerdo: se lleva el pulso de una comunidad que vive y trabaja con orgullo.