En un contexto en donde se reavivan los desafíos que plantea el olvido y la importancia de la memoria histórica, Amnistía Internacional reafirma el legado del proceso de memoria, verdad, justicia y reparación, a 49 años del fin de la última dictadura cívico-militar.
La historia de violaciones a los derechos humanos, las desapariciones forzadas y la represión estatal exige que la sociedad se mantenga alerta frente a discursos que pretenden borrar la memoria de quienes sufrieron y resistieron.
“Las narrativas que minimizan o niegan los hechos vividos durante aquel sórdido periodo son un recordatorio de que la lucha por la verdad y la justicia continúa siendo urgente. Cada palabra que busca justificar o minimizar los crímenes del pasado resulta una afrenta a la memoria de las víctimas y un peligro para la consolidación de una cultura de derechos y democracia”, señaló Mariela Belski, directora ejecutiva de Amnistía Internacional Argentina.
La experiencia de juzgar y sancionar los crímenes ocurridos entre 1976 y 1983 se ha convertido en un modelo a seguir y ha marcado un precedente para otras naciones en sus esfuerzos por esclarecer la verdad y reparar a las víctimas. Desde 2006 fueron condenadas 1197 personas en 340 sentencias dictadas en todo el país.
Aunque el sistema judicial enfrenta, de manera estructural, demoras y deficiencias en distintas instancias, el procesamiento de las graves violaciones a los derechos humanos perpetradas durante la última dictadura cívico-militar se ha consolidado en nuestro país.
Como ocurre cada año, se llevarán a cabo las tradicionales movilizaciones en todo el territorio nacional. Amnistía Internacional espera que estas manifestaciones se realicen de forma pacífica y hace un llamado al Estado argentino para que garantice la libertad de expresión y de reunión. Además, la organización respalda las iniciativas destinadas a promover una nueva jornada de reflexión sobre los crímenes de lesa humanidad cometidos durante el terrorismo de Estado.