La Senadora Nacional Silvina García Larraburu presentó un proyecto de ley para limitar el uso de celulares y dispositivos digitales en las escuelas. La medida busca mejorar el aprendizaje y la socialización de los estudiantes. “El abuso de la tecnología en el aula afecta la concentración y el rendimiento académico. Necesitamos recuperar el valor del aprendizaje sin distracciones”, afirmó.

El presidente, durante su discurso de apertura de las sesiones ordinarias del Congreso Nacional, se refirió a la inversión pública. Empezó afirmando “que era uno de los curros más grandes de la política”, y con el ya conocido simplismo argumentativo, imagino que para él, es motivo suficiente, no para corregir dicho “curro”, que sin duda ha existido en mayor o menor medida y con actores de ambos lados del mostrador, sino para eliminar la inversión pública del vocabulario del gobierno.

Los libertarios digamos que sustentan sus posturas económicas, asegurando la existencia infalible de la “mano invisible del mercado”. Esta teoría económica planteada en sus orígenes por Adam Smith primero en “La teoría de los sentimientos morales” de 1759 y luego, donde se hizo más conocida, en “La riqueza de las naciones” 1776.
Sencillamente, la mano invisible dice que la búsqueda del interés propio en una economía competitiva conduce al bienestar de todos, porque de alguna manera se produce lo que la gente quiere en las cantidades que todos quieren.